Patrón de los arrieros, luego de los camioneros y actualmente de todos los conductores en general, San Cristóbal se ha convertido en la imagen de muchos camiones, viajeros y automovilistas, reflejando la responsabilidad y conciencia de todos los conductores. Podría decirse que se trata de una especie de “ángel de la guarda” que protege a cualquier persona que se ponga en carretera.
Cuenta la leyenda que hace muchos años, cuando atravesar los ríos resultaba un problema por la ausencia de puentes, uno de los oficios más populares era el de “porteador”, un trabajo que consistía en llevar a la gente de una orilla a otra a cambio del pago de una determinada cantidad. Este era precisamente el oficio del santo en cuestión que lo hacía cada 10 de julio.
Hoy en día San Cristóbal es un santo muy popular, considerado como uno de los 14 santos auxiliadores. Desde la segunda mitad del siglo XX, cada vez son más las localidades que se suman a celebrar este día. Es por ello por lo que cada 10 de julio en toda España y en especial en Ciutat Vella, donde dicho santo tiene una capilla dedicada, el sacerdote rocía los vehículos con agua bendecida y entrega a cada conductor una pequeña rama de lavanda y una estampita del santo.