La actual coyuntura socio sanitaria mundial ha supuesto un punto de inflexión para los operadores logísticos mundiales. El sector logístico siempre se ha caracterizado por su enfoque estratégico, de manera que la situación actual no ha hecho sino reafirmar su alta capacidad de adaptación y flexibilidad ante cualquier tipo de circunstancia.
Podemos afirmar que hay una serie de elementos clave que están haciendo que el sector logístico esté cambiando significativamente. Este hecho influye en que, como sector acostumbrado a dar una respuesta ágil a los continuos cambios, debamos replantearnos las formas de actuación en un mundo cada vez más cambiante.
Uno de estos factores es sin lugar a dudas el debate actual sobre el Medio Ambiente. El dilema está planteado y la crisis del Covid-19 no ha hecho más que acelerar ciertas dinámicas. El debate acerca del uso de las energías alternativas y la descarbonización mundial está sobre la mesa a raíz de la lucha contra el cambio climático y es necesario adaptarse a la agenda mundial planteada al respecto.
Respecto a la globalización económica, existe una práctica que no es ilegal y embargo puede ser perjudicial para empresas locales y nacionales. Hablamos del dumping empresarial. Básicamente consiste en la introducción de mercancías, productos o servicios en otro país a precios inferiores a los del mercado. Las normativas actuales penalizan esta práctica mediante un cobro de derechos antidumping que sirvan para compensar los efectos perjudiciales de esta práctica.
Por otro lado, la transformación digital se ha acelerado debido a la crisis sanitaria. Este hecho ha contribuido notablemente tanto al aumento del teletrabajo en las empresas y entidades como al crecimiento exponencial de las compras a través del e-commerce. Ambos factores no son una tendencia, sino que han llegado para quedarse, lo que significa que habrá que tenerlos en cuenta por el gran impacto que tendrán en el sector logístico, y no sólo por tierra, sino también por aire y por mar.